En la última década, la industria financiera ha vivido una metamorfosis sin precedentes gracias a la adopción de tecnologías inmersivas. La experiencia bancaria completamente nueva que ofrecen la realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA) está transformando tanto la interacción con los clientes como los procesos internos de las entidades. Más allá de la simple digitalización, estas innovaciones introducen una dimensión sensorial que revoluciona la atención personalizada, la formación de equipos y la seguridad.
Los usuarios ya no consideran suficiente una aplicación móvil o un portal web. Buscan asesoría personalizada mediante avatares en entornos inmersivos que les permita sentir que hablan con un experto de carne y hueso. Con gafas inteligentes o dispositivos móviles, pueden recorrer oficinas virtuales, visualizar información financiera y recibir recomendaciones en tiempo real, sin salir de casa.
Entre las funcionalidades más destacadas se encuentran:
Este enfoque no solo mejora la satisfacción, sino que aumenta la fidelización y la percepción de valor de la marca.
El concepto “phygital” fusiona lo físico y lo digital, y la banca no es ajena a esta tendencia. Los clientes pueden alternar entre una sucursal física y un entorno de RA o RV con total continuidad. Imagina entrar en una sucursal virtual dentro de un metaverso corporativo, donde se ofrecen productos financieros digitales y criptodivisas en un espacio interactivo.
Algunas entidades ya han inaugurado sucursales en mundos virtuales, atrayendo a un público joven y tecnológico. La expansión de nuevos canales de interacción permite a los bancos captar clientes que valoran la innovación y esperan experiencias gamificadas.
La capacitación de los colaboradores bancarios también se beneficia de la RV y la RA. En un entorno virtual, los equipos practican simulaciones de escenarios complejos, desde la evaluación de fraudes hasta la gestión de crisis de mercado. Estos entrenamientos inmersivos aceleran el aprendizaje y reducen costes asociados a sesiones presenciales.
En cuanto a la seguridad, la combinación de RA con sensores biométricos (reconocimiento facial, huella digital o iris) aumenta la protección de datos y previene accesos no autorizados. Además, los entornos controlados permiten probar nuevas soluciones de ciberseguridad sin comprometer la infraestructura real.
La hiperpersonalización es uno de los mayores beneficios de la banca inmersiva. Gracias a la analítica avanzada y al machine learning, las plataformas basadas en RA y RV pueden anticipar necesidades y ofrecer productos adaptados al perfil de cada usuario. Esto incluye desde recomendaciones de inversión hasta alertas proactivas sobre hábitos de gasto.
Asimismo, la capacidad de visualizar datos financieros complejos en 3D facilita la comprensión de conceptos, la toma de decisiones y la educación financiera. Los clientes pueden explorar modelos interactivos de carteras de inversión, escenarios macroeconómicos y flujos de caja en tiempo real.
Según estimaciones del sector, para 2025 alrededor del 80% de las entidades financieras globales habrán invertido significativamente en RA y RV, y el metaverso podría captar hasta el 15% de nuevos clientes jóvenes.
La integración de la RV y la RA en la banca continuará acelerándose. Para aprovechar todo su potencial, las entidades deben definir una hoja de ruta clara que combine innovación tecnológica y cumplimiento normativo. Es esencial invertir en infraestructura, capacitar al personal y diseñar experiencias centradas en el cliente.
Recomendaciones prácticas:
En definitiva, la realidad virtual y aumentada están redefiniendo la banca, ofreciendo oportunidades únicas para atraer y fidelizar clientes, mejorar la formación interna y elevar los estándares de seguridad. Aquellas entidades que adopten estas tecnologías de manera estratégica estarán mejor posicionadas para liderar el mercado financiero del futuro.
Referencias