La industria bancaria está experimentando una transformación digital estructural que redefine los límites tradicionales entre entidades financieras, fintechs y empresas de otros sectores. Este nuevo escenario impulsa el modelo de Banca como Plataforma (BaaP), donde el banco deja de ser un proveedor aislado y se convierte en el eje de un ecosistema dinámico.
En este artículo exploraremos cómo la BaaP surge, en qué se diferencia de la Banca como Servicio (BaaS), qué impulsores tecnológicos la hacen posible y cómo las entidades pueden diseñar estrategias efectivas para crear ecosistemas financieros interconectados.
La aparición de la BaaP está estrechamente ligada al avance de la regulación de open banking y APIs abiertas, que fomenta el intercambio seguro de datos entre actores financieros. Un estudio de Tink (Visa) revela que el 83% de los ejecutivos financieros considera el open banking como el siguiente paso evolutivo.
Paralelamente, el informe de Estabilidad Financiera 2025 de la Reserva Federal describe la disolución de fronteras entre banca tradicional, fintech y empresas no financieras, generando nuevas oportunidades de negocio en ecosistemas colaborativos.
En el modelo de BaaP, el banco se erige como una plataforma que integra servicios de terceros dentro de su propio canal digital o físico, manteniendo la relación directa con el cliente. Monetiza productos de fintechs y empresas no financieras aprovechando su infraestructura, base de clientes y datos.
La BaaP puede operar como un mercado digital de servicios, ofreciendo tanto productos bancarios tradicionales como soluciones complementarias (seguros, inversiones, movilidad y e-commerce) en un solo entorno. Esto amplía la propuesta de valor sin requerir inversiones internas masivas.
Por contraste, la BaaS permite que terceros utilicen la infraestructura y la licencia bancaria de la entidad a través de APIs. El tercero es quien mantiene la relación con el cliente, integrando servicios financieros en su propia aplicación.
Implementar BaaP exige un profundo cambio de paradigma cultural. Los bancos, que históricamente han protegido celosamente sus datos, deben adoptar un mindset colaborativo, compartiendo información bajo estrictos estándares de seguridad y privacidad.
El ecosistema típico de BaaP incluye al banco como orquestador, fintechs especializadas, proveedores tecnológicos y empresas no financieras. Cada actor aporta valor y se beneficia de la escala y la credibilidad del banco.
La BaaP se apoya en plataformas cloud-native, arquitecturas modulares y un uso intensivo de APIs para conectar sistemas legados y nuevos servicios. Esta combinación garantiza agilidad, escalabilidad y rapidez al incorporar nuevos partners.
La inteligencia artificial y el análisis avanzado de datos permiten la personalización de ofertas en tiempo real y la optimización de procesos como el scoring crediticio, la gestión de riesgos y la atención al cliente.
Las fuentes de ingresos principales en BaaP incluyen comisiones por venta de terceros, revenue-sharing y tarifas por uso de la plataforma. Además, el banco fortalece sus propias oportunidades de cross-selling y up-selling.
Desde el punto de vista estratégico, la BaaP permite al banco consolidarse como referente de innovación financiera y aumentar la fidelidad de sus clientes. Sin embargo, gestionar un ecosistema con múltiples socios requiere capacidades avanzadas de due diligence, monitorización y governance.
En materia de riesgos, es fundamental reforzar la ciberseguridad, garantizar el cumplimiento regulatorio en todos los nodos del ecosistema y establecer protocolos claros para la gestión de incidentes y el respaldo de datos.
Un banco especializado en pagos internacionales puede ofrecer en su plataforma servicios de inversión, seguros y movilidad proporcionados por terceros. De este modo, amplía su propuesta sin invertir en desarrollo de nuevos productos.
Otro ejemplo es un ecosistema de banca minorista que integra ofertas de comercio electrónico, fidelización en puntos de venta y soluciones de financiación al consumo de fintechs asociadas, todo dentro de la misma aplicación móvil.
En ambos casos, el resultado es un canal único y coherente con una experiencia de cliente fluida, donde la diversidad de servicios se siente natural y contextualizada.
En conclusión, la Banca como Plataforma redefine el rol del banco, transformándolo en un hub de innovación colaborativa. Quienes adopten este modelo estarán mejor preparados para liderar la próxima ola de servicios financieros, generando valor sostenible para clientes y socios por igual.
Referencias