En el primer semestre de 2025, el ecosistema español de startups captó más de 2.210 millones de euros, un crecimiento interanual del 77% impulsado por rondas de fase avanzada y un sector tecnológico en constante expansión. Este momento de ebullición ofrece una oportunidad única para inversores visionarios que buscan valor a largo plazo.
Más allá de las cifras, se vislumbra un panorama de innovación, apoyo público y compromiso de business angels que conforman un entorno altamente competitivo para inversores. Paralelamente, las PYMEs tradicionales se consolidan como pilares de la economía española, con casi 2.945.787 entidades y una expectativa de crecimiento sostenido en ventas y empleo.
La inversión en startups experimentó un notable salto: se realizaron 166 operaciones públicas, concentrando el 75% del total invertido en todo 2024. Aunque el número de rondas disminuyó un 11%, el capital movilizado se focalizó en Series C y Growth, que representaron el 78% del volumen total.
La mediana de las rondas alcanzó los 2 millones de euros, mientras que la media escaló hasta los 12 millones. Destacan megarrondas como las de Multiverse Computing, con 256M€ en marzo y junio, y TravelPerk, que recaudó 190M€. Este fenómeno refleja un interés creciente en tecnologías de punta como la computación cuántica, la IA y la deeptech.
Las pequeñas y medianas empresas en España no solo suman volumen, sino que también muestran una visión optimista de futuro:
Invertir en este segmento permite acceder a ciclos de liquidez temprana y beneficiarse de instrumentos mixtos de deuda y subvenciones. Además, la co-inversión con fondos extranjeros ha movilizado más de 1.000M€, demostrando el atractivo internacional de las startups españolas.
Aunque el panorama es prometedor, los inversores deben calibrar ciertos riesgos:
Superar estos retos implica realizar una evaluación rigurosa del equipo fundador, de su tracción y de la capacidad de adaptación frente a cambios regulatorios o de mercado. La diversificación en sectores y geografías también se convierte en una estrategia clave para mitigar riesgos.
El horizonte de la inversión en PYMEs y startups está marcado por varias tendencias:
Estas tendencias reflejan un ecosistema en constante evolución, capaz de atraer talento y capital global. La colaboración entre grandes corporaciones, business angels y fondos públicos representa una oportunidad para escalar proyectos disruptivos con mayor velocidad y resiliencia.
Para quienes desean subirse a esta ola de innovación, el primer paso es definir una estrategia de inversión alineada con objetivos.
Establece criterios claros de selección basados en métricas de crecimiento y validación de mercado.
Participa en rondas sindicadas para compartir due diligence y diversificar riesgos.
Colabora con aceleradoras e incubadoras para acceder a deal flow contrastado.
Aprovecha el asesoramiento de expertos sectoriales para evaluar tecnología y modelos de negocio.
Además, la gestión activa del portfolio—mediante seguimiento trimestral y apoyo en estrategia comercial—puede multiplicar el rendimiento y fortalecer la relación con los emprendedores.
El networking dentro del ecosistema permite descubrir oportunidades ocultas y formar alianzas estratégicas.
La historia de la inversión en España se ha reescrito en los últimos años: de 106M€ en 2022 a más de 2.200M€ en 2025. Detrás de estas cifras, existen proyectos con potencial de impacto global y PYMEs tradicionales que demandan capital y experiencia para dar el siguiente salto.
Ahora es el momento de actuar. Al canalizar recursos hacia empresas con visión de futuro, no solo aspiramos a rentabilidades atractivas, sino que también impulsamos la transformación económica y social del país. Invierte en pequeñas empresas y sé parte de esta emocionante revolución empresarial.
Referencias