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Ciberseguridad Financiera: Protegiendo tus activos en la era digital

Ciberseguridad Financiera: Protegiendo tus activos en la era digital

15/09/2025
Robert Ruan
Ciberseguridad Financiera: Protegiendo tus activos en la era digital

En la era de la transformación digital, las instituciones financieras se enfrentan a desafíos sin precedentes. La creciente dependencia de sistemas en línea y servicios móviles ha abierto la puerta a ciberamenazas que ponen en riesgo tanto la integridad de los sistemas como la confianza de clientes y accionistas.

Frente a este escenario, es esencial comprender la dimensión del problema para construir defensas sólidas. Solo así se podrá garantizar la continuidad operativa y protección de datos y activos, elementos críticos en un entorno tan competitivo como el financiero.

Estadísticas y dimensión del problema

El sector financiero es un blanco preferido para los ciberdelincuentes. En 2025, más del 71% de los ejecutivos y profesionales del sector prevén un incremento de delitos financieros. Además, las entidades sufren hasta 300 veces más ciberataques que el promedio de otros sectores, con un aumento interanual del 25% en 2024.

El coste global de la ciberdelincuencia alcanzará los 23 billones de dólares en 2027, según el FMI, un 175% más que en años previos. El 45% de los empleados de grandes bancos sigue siendo vulnerable a ataques de phishing, y las brechas a través de proveedores afectaron al 97% de los grandes bancos de EE. UU. y al 100% de los conglomerados europeos en 2024.

Estas cifras reflejan la magnitud del riesgo digital. Sin una estrategia robusta, las organizaciones quedan expuestas a pérdidas millonarias y daño reputacional.

Tendencias tecnológicas y respuestas del sector

La carrera entre atacantes y defensores se intensifica con la adopción de tecnologías avanzadas. La inteligencia artificial juega un rol dual: los ciberdelincuentes la utilizan para mejorar phishing y crear deepfakes, mientras que solo el 20% de las entidades está satisfecho con las defensas basadas en IA.

  • arquitectura Zero Trust robusta: enfoque que niega la confianza predeterminada y segmenta redes internas.
  • análisis de comportamiento y microsegmentación para detectar actividades sospechosas en tiempo real.
  • Ransomware as a Service: facilita ataques sofisticados a actores con pocos conocimientos.
  • estrategias de backup inmutable: asegura la recuperación de datos sin necesidad de pagar rescates.
  • educación continua para empleados, reduciendo el phishing exitoso del 44,7% al 5%.

Impacto económico y reputacional

Los daños no se limitan al robo de fondos. La paralización de servicios, rescates, multas regulatorias y pérdida de clientes generan un impacto indirecto de largo plazo. En casos extremos, las brechas pueden desestabilizar el sistema financiero mundial.

Entre 2020 y 2025, la inversión en ciberseguridad creció un 70% y solo así pueden mitigarse tanto los costes directos—remediación y rescates—como los indirectos, como la pérdida de confianza de los consumidores.

Regulación y cumplimiento

  • Reglamento DORA de la Comisión Europea, centrado en resiliencia digital de entidades financieras.
  • Estándares del Banco de Pagos Internacionales para gestión de riesgos TIC.
  • Requisitos de continuidad operativa y protección de datos de múltiples jurisdicciones.

Recomendaciones para la protección de activos

  • Adoptar autenticación multifactor y limitar privilegios de acceso.
  • Implementar monitorización continua con SOCs integrados de ciberinteligencia.
  • Auditar configuraciones inseguras en la nube y proteger APIs expuestas.
  • Fomentar una cultura de ciberseguridad activa, con formaciones periódicas.
  • Fortalecer la gestión de terceros y proveedores mediante auditorías y pruebas de resiliencia.
  • Realizar simulacros de crisis y pruebas de penetración de forma regular.

Casos recientes y lecciones aprendidas

En 2025, el banco Sepah de Irán sufrió la filtración de 42 millones de registros y pérdidas millonarias en Bitcoin, demostrando las consecuencias de una gestión deficiente de la seguridad informática.

Por otro lado, las campañas de deepfakes y bots de IA suplantaron a directivos de grandes instituciones, ordenando transferencias fraudulentas en nombre de entidades reconocidas. Asimismo, las infecciones por “infostealers” aumentaron un 58% en 2024, evidenciando la creciente sofisticación de estos atacantes.

Estos ejemplos ilustran la necesidad de una vigilancia constante y una respuesta coordinada para proteger los activos financieros en un entorno cada vez más hostil.

La ciberseguridad financiera es un proceso continuo que requiere combinación de tecnología, cumplimiento normativo y formación de personal. Solo con un enfoque integral será posible anticiparse a las amenazas, proteger los activos y mantener la confianza en la era digital.

Referencias

Robert Ruan

Sobre el Autor: Robert Ruan

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